Dejó su tierra, Perú, para probar suerte en Chile. Comenzó vendiendo trozos de torta en un carrito en la vega central. Fue la forma que encontró para ayudar económicamente a su familia, y luego el éxito vino solo. Hoy produce más de 200 tortas mensuales, tiene 2 locales de venta y sus creaciones se venden en las cafeterías más importantes de Santiago. La Normita nos cuenta cómo lo hizo.
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