"La Presidenta Bachelet finalmente tuvo que aceptar la realidad y las circunstancias, y empezó en definitiva a transparentar lo que son los problemas y dificultades para la implementación de su ambicioso programa de Gobierno.
Una paradoja en sí misma, porque de alguna manera las reformas son una de las causas que explican el porqué hay en Chile hoy en día una situación económicamente tan débil y tan deteriorada.
Una de las cosas que la presidenta va a tener, por lo tanto, que empezar a definir, que es probablemente uno de sus desafíos importantes a partir de ahora, es precisamente ver cuáles son las medidas, cuáles son las correcciones, las rectificaciones que es necesario hacer en sus reformas más emblemáticas, como la reforma laboral, eventualmente también la posibilidad de hacerle correcciones a la reforma tributaria ya aprobada, y qué se va a hacer hacia adelante con el proceso constituyente para, de algún modo, generar las condiciones que permitan que la situación económica del país empiece a mejorar.
Es un desafío difícil. La presidenta también tiene que congeniar los deseos y las aspiraciones del mundo social, de los actores sociales, de los gremios, para cumplir con las expectativas que ella misma ha ido generando desde el periodo de la campaña.
Un desafío difícil congeniar ambos objetivos, pero de algún modo son lo que marcará los próximos meses en la gestión presidencial".