La abultada derrota del Apruebo trajo a la palestra el rol que jugaron los convencionales y su eventual responsabilidad en el bajo respaldo que recibió el texto convencional. A la hora de los análisis hubo de todo: algunos ajustaron cuentas pasadas, otros ensayaron los primeros meas culpas, aunque también hubo quienes insistieron en la tesis de una campaña mediática para perjudicarlos.
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