A lo largo de 400 metros, en pleno centro de Santiago, se puede recorrer una "pequeña Latinoamérica". Es la calle Catedral, entre Puente y Bandera, donde sus colores se ven tristemente opacados por la delincuencia. Y son los mismos locatarios quienes reconocen que gran parte de esa responsabilidad es de extranjeros que a punta de armas infunden miedo.
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