Con pistolas, armas semiautomáticas y de guerra, desconocidos despidieron al hijo de una narcotraficante en Conchalí que fue asesinado por una banda rival el domingo pasado. Una descoordinación entre Carabineros y el Servicio Médico Legal habría permitido los desórdenes y balazos en el velorio que produjo miedo entre los vecinos del sector.
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