El temblor magnitud 6.6 del fin de semana sacó a relucir dos características de nuestra sociedad frente a estos fenómenos. La serenidad que algunos pueden tener frente a sismos, y por otra parte, la falta de tino de quienes lanzan informaciones falsas, algo que en la zona del epicentro provocó una desordenada evacuación motivada que bien podría haber terminado en tragedia.
Etiquetas de esta nota