Lo apodan Toretto y el año pasado fue detenido pero encontró la forma de seguir liderando a una peligrosa banda de narcotraficantes desde su celda en la cárcel Santiago Uno. Con dinero y lujos engatusó a jóvenes sin antecedentes y los convirtió en sus "soldados" los que le informaban diariamente a su celular sobre las ventas y problemas asociados a su ilícito negocio.
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