El daño que el cambio climático le está ocasionando al planeta ha obligado a cambiar nuestras conductas, pero también a mirar con otros ojos a quienes luchan por vivir en equilibrio con la naturaleza. El pueblo pehuenche es ejemplo de ello: La preservación de la araucaria, su árbol sagrado, es un tema intransable en la defensa de su cultura y ello ha sido premiado por Naciones Unidas.
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