Los "rostros" del metro no son famosos contratados para publicidad, sino que seis pasajeros anónimos que se convirtieron en la cara de Baquedano, la estación más emblemática de la red. Sus pinturas llevan ocho años en la estación, pero pocos conocen su historia. Catalina Palma estuvo con ellos, incluso con quien nunca había visto su retrato
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