Durante 2 meses el OS-7 de Carabineros vigiló una casa residencial donde sospechaban se vendía a menores psicotrópicos que deben comercializarse con receta retenida. No se descarta que sus principales compradores sean varios autores de portonazos, quienes para drogarse los mezclan con alcohol en una en una combinación extremadamente peligrosa.
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