A raíz de las largas filas que se han generado en el servicio, ya hay quienes encontraron la forma de hacer negocio. Llegan de madrugada, consiguen un número y luego los venden. Además, arriendan pisos, "guardan puestos" y venden comida. Desde el Gobierno llamaron a denunciar las malas prácticas.
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