En los últimos dos años, los vendedores ambulantes se han quintuplicado en Santiago. La explicación está en la inmigración. Estadísticas indican que el 70% son extranjeros y sólo el 30% son chilenos. El mayor porcentaje los integran haitianos que, al no con seguir trabajo, ven en el comercio clandestino una opción para subsistir. Pero instalarse en la calle no es nada fácil. Hay mafias y códigos donde impera la ley del más fuerte. La nota es de Marcelo González.
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