La incorporación de una intérprete de señas durante un discurso de la vocera de gobierno Karla Rubilar, desató la indignación de la comunidad sorda de nuestro país. Según expresaron, el mensaje no se entendía y era incoherente. Luego se supo que la mujer era psicóloga laboral de la Segegob y sólo manejaba algunos conceptos de lenguaje inclusivo.
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