El Obispo Evangélico Eduardo Durán, quien es investigado por la Fiscalía por el presunto delito de lavado de activos, enfrenta un nuevo problema que no es judicial, pero que parece afectar de peor manera su liderazgo religioso. Tras anunciar que se divorciará de su esposa para casarse con otra mujer de su misma iglesia, provocó un verdadero terremoto al interior del mundo evangélico. La misma catedral ha sido escenario de fuertes discusiones y peleas a gritos.
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