Lo ocurrido hace unos días en Galvarino nos recuerda que los asaltos con rehenes se han convertido en un delito cada vez menos frecuente, gracias a la aplicación de altas penas en tribunales. Pero cada vez que se presentan, ponen a prueba la preparación de policías y fiscales para lograr el mayor objetivo: rescatar con vida a las víctimas inocentes.
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