No le quisieron cambiar un repuesto, salió ofuscado, tomó una llave de cruz y la lanzó. La herramienta le pegó a un hombre que nada tenía que ver en la discusión y que murió producto del golpe. Así terminó el día de furia de un cliente que supuestamente sólo quiso romper un vidrio, pero que terminó detenido acusado de homicidio
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