Los portonazos y las encerronas han sido dos delitos con los que lamentablemente hemos tenido que aprender a convivir, pero son sus víctimas quienes se llevan la peor parte. Hace un par de semanas un reconocido neurocirujano sufrió el violento robo de su vehículo. Hoy está con terapia psicológica y dice que no quiere volver a manejar.
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