Han pasado siete años desde que entró en vigencia la ley Emilia, una que surgió a raíz de la muerte de la pequeña de 9 meses por causa de un conductor ebrio. Pero en estos años, su fundación que ha apoyado a cientos de familias, vive un complejo escenario: no tienen recursos para seguir funcionando y ayudar a otras víctimas de siniestros viales.
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