Dos párrocos, presuntos integrantes de la llamada Cofradía de Rancagua, no tuvieron otra opción que renunciar al sacerdocio, tras ser encarados por el nuevo obispo de la diócesis, Fernando Ramos, quien les hizo escuchar una comprometedora grabación de audio. Otro capítulo más de la investigación "El fin del Silencio".
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