En pleno centro de Santiago, a escasas dos cuadras del Palacio de la Moneda los vecinos de Calle Tarapacá están hastiados de narcotraficantes que literalmente se tomaron el espacio donde viven. El vivir con miedo y sin una respuesta de las autoridades se arrastra hace al menos un año. Los carabineros recurren a diario por las denuncias anónimas pero el tráfico de droga se acentúa y cada vez se hace más violento.
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