Ni siquiera se sabe quién es, por el estado en que quedo el cuerpo. Estaba maniatado, con signos de tortura y de haber sido últimado. Y además quemado por lo que ni siquiera pueden saber con que arma fue atacado. Ocurrió en Colina, en una jornada marcada por los sicariatos en distintos puntos de la capital.
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