Son muchas las víctimas que intentan enfrentar a los delincuentes. Sin embrago, aunque algunas veces logran su objetivo, se deben medir las consecuencias.
No es extraño que en algunos casos las víctimas terminen siendo tratadas por la justicia como victimarios tras agredir a los delincuentes. Todo ello, ya que muchas veces se desconoce realmente que significa la legítima defensa.
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