Sólo en la ciudad de Santiago existen alrededor de 400 sitios abandonados, pero un proyecto está dando un nuevo rostro a estos pequeños espacios. Existen cinco en Santiago y la última fue hecha exclusivamente con recursos privados.
Una idea que transforma la imagen urbana, fomenta la participación ciudadana, mueve el comercio, pero sobre todo, permite tomar un descanso aunque sea por unos minutos.