Tras los cargos formulados por la Superintendencia de Medio Ambiente, la empresa ENAP reaccionó. Niega tener alguna responsabilidad en la nube tóxica que afectó a más de 300 personas en agosto recién pasado. El vicepresidente de su directorio renunció al estar en desacuerdo con los cargos hechos contra la empresa y sus trabajadores se declaran en estado de alerta.
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