Tenía once años, jugaba junto a una amiga en el jardín de su casa cuando recibió una bala en su cabeza que le quitó la vida.
A quinientos metros dos bandas rivales se enfrentaban a tiros. Nuevamente una "bala loca" deja en evidencia la violencia que domina algunos sectores de Santiago y que otra vez significa la muerte de una inocente niña.
Etiquetas de esta nota