Ha pasado un año de la monumental y mortífera explosión que dejó más de 200 fallecidos, seis mil heridos y devastadores daños en Beirut. Lo increíble es que pese a la magnitud de la tragedia, aún no hay responsables. Organismos de Derechos Humanos acusan que las propias autoridades han obstaculizado la investigación, mientras las víctimas siguen traumatizadas
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