Así era, hasta hace un año, la ciudad nabatea de Palmira, una joya de la humanidad en medio del desierto de Siria.
Fueron meses de lucha que finalmente permitieron al Ejército de Siria expulsar de ese lugar a los combatientes del Estado Islámico. Un sitio histórico que no es el único que ha sufrido con el peor conflicto del siglo XXI.
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