Este domingo 20 de diciembre, miles de españoles participaron en la elecciones generales legislativas que dejaron un escenario incierto para la elección del próximo presidente.
El rey Felipe VI propondrá un candidato a la presidencia del gobierno con previa consulta a los partidos políticos. Generalmente está nominación recae en el líder del partido más votado, en este caso, Mariano Rajoy del Partido Popular. El nombre propuesto deberá presentar su proyecto y esperar que la mayoría absoluta, es decir, 175 diputados, apruebe su candidatura.
Una situación insólita en su historia con los dos grandes partidos muy debilitados y una fragmentación parlamentaria que podría conducir a un gobierno en clara minoría, difíciles coaliciones o nuevas elecciones.