Real Madrid se coronó campeón del Mundial de Clubes este domingo tras vencer en la final a Kashima Antlers – 4-2 en la prórroga – pero una jugada puntual pudo haber cambiado el desenlace del compromiso, cuando a los 89 minutos de juego el árbitro de Zambia Janny Sikazwe le perdonó la expulsión a Sergio Ramos.
El jugador "merengue" cometió una clara falta para frenar a Mu en una contra de los japoneses. La acción del español ameritaba la amarilla, incluso el juez se metió la mano al bolsillo, pero finalmente no hubo tarjeta, a pesar de los reclamos de la banca del Kashima que pedía la revisión en video.
Como Sergio Ramos ya había sido amonestado, esta segunda amarilla habría significado su expulsión y que Real Madrid quedara con un hombre menos con toda la prórroga por delante.