Durante un entrenamiento, el delantero brasileño caminó para golpear el balón, pero lazó su zapato y engañó al portero que ya se había lanzado. Luego con un leve toque marcó el gol. Simplemente genial.
Claudio Bravo atajó un penal de Hulk cuando Chile y Brasil definieron el paso a cuartos de final en el Mundial de Brasil 2014. En esa ocasión, el brasileño pateó con fuerza al medio.
Sin embargo, el actual delantero del Zenit aprendió la lección y ahora es un maestro del engaño. Su última estrategia es lanzar su zapato en lugar del balón para descolocar al arquero. Una original forma de convertir un gol de penal.