1.96 metros de estatura y 120 kilogramos de músculo, combinados con una impresionante velocidad, eran las características del ex wing de los All Blacks Jonah Lomu.
El 11 de los neozelandeses, algo así como el Messi en el deporte de la ovalada, falleció el martes a los 40 años, causando conmoción en el mundo del rugby.
En 1995, su brillante actuación en el Mundial realizado en Sudáfrica lo convirtió en una leyenda de este deporte. Lomu anotó siete tries y destacó como uno de los mejores jugadores del campeonato, marcado por el intento de Mandela de unir al país africano.
En la película "Invictus" aparece representada la gran amenaza que significaba Lomu para los sueños de Mandela y Sudáfrica.
Un año más tarde, fue diagnosticado con un síndrome nefrótico que afectaba fuertemente uno de sus riñones. Sin embargo, este guerrero neozelandés siguió luchando y el año 1999, en la Copa Mundial celebrada en Gales, Lomu fue nuevamente la gran figura de los All Blacks, con ocho tries.
Sin embargo, un impensado e histórico partido en semifinales ante Francia, lo privó nuevamente de levantar el trofeo Webb Ellis.
Tiempo más tarde, producto de su enfermedad, este guerrero tuvo que colgar los botines. Pero el histórico wing siguió luchando, pese a que en su autobiografía confesó que en 2011 estuvo a punto de morir.
El año pasado visitó nuestro país en su misión de ir difundiendo mensajes de aliento por todo el mundo.
El gran legado de 15 tries en dos Copas Mundiales de Lomu recién fue igualado en el Mundial de este año por el sudafricano Bryan Habana. Pero pese a las estadísticas, el sitial de ser el mejor jugador de la historia del rugby permanece intacto.