Se escapó de su delegación en 2013. Se quedó en Chile con lo puesto, trabajó en una panadería y vivió en Rengo. Así fueron los días como indocumentado de Arley Méndez. Por largas semanas se sentó en la entrada del comité olímpico buscando ayuda. Hoy no sólo esta nacionalizado por gracia, acaba de ser elegido como el mejor deportista del año 2018.
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