El tenista británico se hizo pasar por un vendedor de helados en el Masters 1000 de Cincinnati. Varios no lo reconocieron, aunque otros tuvieron mejor ojo.
Andy Murray aceptó el desafío que la ATP le propuso: cambiar de profesión por unos segundos y convertirse en heladero.
Sí, porque el escocés trató de engañar a los fanáticos del Masters 1000 de Cincinnati con un gorro, una peluca y unos lentes para hacerles creer que era un trabajador más.
Algunos no pudieron reconocerlo, aunque otros con mejor ojo, notaron de inmediato quién era realmente la persona que atendía detrás del mostrador.
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