Son supuestos cumpleaños que se organizan para un máximo de 200 personas en una parcela en Buin. Pero que en realidad son fiestas por la que se paga una entrada y que molestan a los vecinos porque ademas de no respetar ninguna norma sanitaria, la fuerte música se escucha hasta altas horas de la madrugada. Pese a que el municipio les negó el permiso, los organizadores siguen vendiendo tickets para la fiesta de año nuevo.
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