Unos 243 mil millones de toneladas del hielo de Groenlandia acaban en el mar cada año.
Así lo confirma un reciente estudio publicado por la NASA que muestra cómo su masa helada pierde tantos kilómetros cúbicos de hielo como para llenar 110 millones de piscinas olímpicas cada año: es así desde hace 20 años.
Groenlandia es, después de la Antártica, la mayor reserva de agua dulce del mundo. Se ha calculado que si se derritiera de repente todo el hielo que cubre la isla, el nivel del mar se elevaría más de seis metros.
Si bien un evento de este tipo no ocurriría tan rápido, un grupo de investigadores norteamericanos y europeos ha realizado la mayor estimación de la evolución de sus glaciares hecha hasta la fecha y sus resultados son abrumadores.
Hasta la fecha los cálculos respecto al futuro de la capa de hielo de Groenlandia se fundaban en la evolución y comportamiento de cuatro de sus mayores glaciares, cada uno muriendo en un punto cardinal de la isla.
Los científicos, básicamente, extrapolaron el grosor, cambios de altura, ritmo de avance hacia el mar y deshielo de estos ríos a cámara lenta, a todo la capa de hielo del territorio. El tema es que en la isla hay al menos 242 grandes glaciares, cada uno con su propia evolución.
Los datos han sido obtenidos gracias a dos misiones de la NASA: su programa ICESat y el IceBridge.
ICESat, que terminó en 2009, era sistema de altimetría por láser que calculaba la altura de la capa de hielo a cada paso que realizaba sobre la isla.
IceBridge también usaba pulsos de luz para, medía su rebote y así determinaba la altura del hielo. Los datos de ambas misiones combinadas mapearon la isla en 100 mil puntos. La investigación fue iniciada en 1993, por lo que son 20 años de datos los que alertan sobre los cambios que está sufriendo Groenlandia, cambios que tendrían un enorme impacto a escala global.
Fuentes: Climate Central, NASA Goddard, El País,