Dueños de locales de entretenimiento protestaron frente al edificio edilicio y anunciaron que desde la puesta en marcha de la ordenanza sus ventas han caído abruptamente y que se corre el riesgo de perder puestos laborales e incluso de tener que cerrar locales. El concejal Rodrigo García Márquez, que fue agredido en la ocasión, se mostró abierto al diálogo y dispuesto a estudiar la medida.
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