"Lamentablemente no hay muchas cosas nuevas. Desde el año 1994 venimos haciendo estudios en la población y las cifras no se han modificado de manera sustantiva".
Ese es el análisis inicial de Soledad Larraín, psicóloga de Unicef, al ser consultada sobre las cifras de violencia infantil, en el marco del día de niños inocentes de agresión de la Naciones Unidas.
"Entre el 1994 y el 2000 sí hubo una disminución del maltrato físico grave, porque salió la ley de violencia intrafamiliar y porque se hacen campañas sostenidas en relación al impacto del maltrato, pero los niveles de violencia en general, sobretodo maltrato leve, que son golpes, cachetadas, tiradas de pelo, empujones, que no dejan daño físico, continúan siendo extraordinariamente frecuentes en nuestra población", comenzó.
"La campaña una vez más pretende generar conciencia, deslegitimar estos comportamientos que están absolutamente normalizados y hacer nuevamente un llamado a la población para generar una relación sin violencia con los niños, entendiendo que hay otros métodos que no son la violencia", prosiguió.
Son varios los factores que inciden en la violencia intrafamiliar. Uno de ellos es el alcoholismo y también la experiencia pasada.
"El alcoholismo es un factor de riesgo para la violencia, porque la medimos y luego medimos una serie de características de la familia para poder trabajar justamente en el área de prevención. En el caso de los niños que viven violencia, es frecuente el uso de alcohol en sus padres. Hay una asociación, aunque no es causal, porque hay quienes se emborrachan que no golpean a los niños, pero hay una mayor probabilidad si hay consumo en el alcohol en el hogar", lanzó.
"Es muy importante que cuando hay violencia entre los padres, también hay violencia hacia los niños y lo que nos vamos a encontrar con más frecuencia en que la pauta de interacción violenta", cerró.