El obispo de Ancud, Juan María Agurto, pidió al Gobierno nombrar una delegada presidencial para enfrentar la crisis por la marea roja que vive Chiloé.
El religioso indicó que "hablo de una mujer porque aquí es como una familia donde estamos divididos y se necesita recomponer los ánimos, las confianzas. En estos gremios son puros hombres, por lo que la presencia de una mujer ayuda mucho, porque produce mayor cercanía y respeto frente a las distintas posiciones".
"Ayudaría mucho el que hubiera una persona a tiempo completo para articular todo lo surgido acá", comentó.
Agurto complementó con que "he llamado a esta catástrofe como un terremoto silencioso donde poco a poco se va revelando la magnitud, por eso las primeras ofertas fueron bajas para luego aumentarlas".
"La marea roja ha sido la gota que rebalsó el vaso, los dirigentes sienten que para responder a la emergencia hay que mirar todo el contexto y cómo se va a proyectar el progreso en Chiloé en relación al mar que está infectado", dijo.
Finalmente, remarcó que "debe haber un estudio independiente que ratifique lo que pasa y conociendo eso podría ayudar a solucionar el problema".