Daniel Mansuy, miemrbo del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), conversó con Tele13 Radio sobre el momento actual de la política del país y de las demandas del movimiento estudiantil.
El profesional expresó que "me llama la atención la renuncia de ciertas generaciones a principios democráticos. Hay instituciones donde se procesan, las demandas, y que toman las decisiones. Esas instituciones son lentas, quizás más de lo quisiéramos, pero es un hecho que la democracia es lenta".
En este sentido, agregó que "la democracia supone representación, mediación, supone conversación y diálogo. Entonces, son síntomas preocupantes que una generación abiertamente diga que no quiere dialogar. Eso es fascismo".
Respecto a las reformas prometidas por el programa de Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, indicó que "ella generó una cantidad de expectativas que están en el origen de efervescencia. Las reforma de Bachelet tienen letra chica, porque toda política publica debe tenerla, ya que debe poseer condiciones y ser bien ejecutada (...) Ella generó expectativas que también pueden estar alimentando ciertos grados de frustración".
La Transición
Otro tema abordado fue su libro "Nos fuimos quedando en silencio: La agonía del Chile del transición", el que analiza dicha época de la historia política nacional.
Daniel Mansuy explicó que "para comprender nuestro momento actual y la desorientación, hay que entender la transición. Para poder comprenderla hay que entender a Jaime Guzmán, quien fija el marco donde se juega la transición. Un tipo muy genial, con luces y sombras, pero es quien marca la cancha donde se juega la transición".
En esta línea, complementa con que "Guzmán fija una Constitución, una institución y un marco político en el cual la dictadura obliga a jugar a la Concertación. La encierra en ciertas condiciones y reglas, de las cuales no puede salir, no quiere salir y la acepta a mediados de los 80".
"Chile se fue polarizando porque como la transición fue silenciosa en sus motivos políticos, pues la Concertación decía algo pero hacia otra cosa, eso generó un hiato que se quebró en 2011. Hoy el escenario es de una izquierda muy vociferante, de tendencia muy ultra y una derecha junto una vieja Concertación que tienen nostalgia del pasado, pero que no saben articularlo políticamente en la actualidad", concluyó.