Jorge Alís era uno de los comediantes más esperados por el público en la cuarta noche del Festival de Viña 2019. Sin embargo, un problema de salud que afectó su voz generaba inquietud de cara a su regreso a la Quinta Vergara.
Pero Alís llegó al escenario y conquistó al "monstruo" desde un comienzo. Con temas cotidianos de la sociedad chilena, el público rio a carcajadas y aplaudió la escenografía utilizada durante la rutina.
El humorista ocupó un par de lentes para hablar sobre los taxistas, aludiendo al feminismo y la migración, temas que han marcado pauta dentro de la sociedad chilena.
Allí criticó la xenofobia, misoginia y falta de tolerancia que aún están presentes, pero con una cuota de humor que encantó a los asistentes.
Por otra parte, utilizó otras gigantografías para referirse a su vida familiar, como el cumplir con las labores domésticas y el pago de las deudas, algo que todos los chilenos y chilenas enfrentan día a día.
A lo anterior se sumó una gigantografía del Metro de Santiago y sus problemas de atochamientos en pleno horario punta, los músicos que se suben a los vagones, y los vendedores que se encuentran en las afueras de las estaciones.