La dura crítica de Alberto Plaza al humor en Viña: "Los flaites se han apoderado de ese espacio"
"Los flaites y el festival". Este es el título de la polémica carta al director enviada por el cantante Alberto Plaza al diario El Mercurio, y donde realiza una dura crítica al lenguaje utilizado por los humoristas durante las primeras dos noches del festival.
"Hemos sido testigo de una paliza, de un linchamiento al decoro y a las buenas costumbres. Con total desvergüenza, hablan con el mismo vocabulario que se emplea en una pelea de bar de mala muerte; con la vulgaridad que cabría esperar en una cárcel, no en el que alguna vez fuera el más respetable e importante escenario de la música latinoamericana", sentenció.
Y es que a juicio de plaza, "los flaites se han apoderado de ese espacio hasta lograr que ni los mismos organizadores sean capaces de poner límites en el juego".
El cantautor acusó que en la Quinta Vergara se ha producido "una verdadera escalada de degradación, donde ya nadie parece sorprenderse; donde querer cuidar nuestra maravillosa lengua parece ya una quijotada. Y este es un terreno en el cual solo a los humoristas se les acepta semejante picantería. Nadie imaginaría a un artista hablando en público de esa forma. Tampoco a los animadores".
"Ni a los conductores de televisión, ni a los deportistas, ni a los comentaristas deportivos, ni a los políticos, ni a los científicos, ni a los periodistas. No. Ese es un terreno que solo se les permite pisar a estos mal llamados humoristas, que por tratar de dar risa, dan pena", sentenció.
Alberto Plaza agregó que "la grosería, la palabra vulgar y la ordinariez nunca serán dignas de un escenario como el de Viña y menos de una transmisión televisiva que podría ponerlos en la órbita latinoamericana. No, así nunca lo van a lograr. En otros países todavía existen el decoro y el pudor".
Si bien no los menciona directamente, durante las primeras dos noches del festival se presentaron los humoristas Juan Pablo López y Choqui Aguayo. Esta última fue particularmente cuestionada por el tono elevado de su rutina.