Un equipo internacional de investigadores realizaron cinco exploraciones submarinas para revisar el estado del Titanic, que yace a más de 3.800 metros de profundidad en el Océano Atlántico.
Según indica la BBC, durante las exploraciones, los expertos se percataron que hay varias partes del transatlántico que se encuentran en un sorprendente buen estado, mientras que otras se han perdido en las profundidades.
El historiador del Titanic, Parks Stephenson indicó estar "impactado" con algunos de los hallazgos, y afirmó que la parte más afectada es el sector de las habitaciones de los oficiales.
"La bañera del capitán es una de las imágenes favoritas de todos los entusiastas del Titanic, y ahora ya no está", aseguró. "Toda la cubierta de ese lado se está derrumbando, llevándose consigo a varias habitaciones, y ese deterioro continuará avanzando".
Stephenson indicó que el techo inclinado de la proa probablemente sería la siguiente parte en derrumbarse, lo que oscurecerá las vistas del interior del barco. "El Titanic está volviendo a la naturaleza", agregó.
Los restos del Titanic fueron descubiertos hace 100 años a unos 600 kilómetros de la costa de Newfoundland, Canadá, y durante más de un siglo han sido asediados por fuertes corrientes marinas, corrosión por sal y bacterias que se alimentan de metal.
El crucero, que fue el más grande de su época, chocó con un iceberg en su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York en 1912. De las 2.200 personas que viajaban en él, más de 1.500 murieron.
La expedición del Titanic fue liderada por el mismo equipo que recientemente logró llevar a cabo la inmersión más profunda de la historia a la Fosa de las Marianas, a más de 12 kilómetros de profundidad en el Pacífico occidental.
Las inmersiones se llevaron a cabo en un submarino de 4.6 metros de largo y 3.7 de alto, llamado "DSV Limiting Factor", construído por la compañía estadounidense Triton Submarines.
Navegar entre los restos del Titanic fue complicado, considerando que se trata de dos grandes piezas separadas por más de 600 metros.
El mal tiempo en el Atlantico y las potentes corrientes submarinas hicieron el trabajo aún más difícil, sobre todo considerando que el equipo debió anclarse a los escombros para poder hacer su trabajo.
Las inmersiones fueron grabadas por un equipo de Atlantic Productions para posteriormente realizar un documental. Además de grabar imágenes, los científicos de la expedición también estudiaron a las criaturas que viven entre los escombros.
Pese a las temperaturas al borde del punto de congelación, aguas oscuras y una presión inmensa, la vida se abrió camino. "Hay microbios en los restos que se están comiendo el acero de los escombros, creando estructuras rústicas de una forma más débil de metal", afirmó la científica Clare Fitzsimmons, de la Universidad de Newcastle.
Estas estalactitas rústicas están colgando del naufragio y son tan frágiles que se transforman en una nube de polvo si algo o alguien las toca o mueve.
Los científicos están estudiando cómo se erosionan los diferentes tipos de metales en las profundas aguas del Atlántico, para evaluar cuánto tiempo más le queda al Titanic.
Robert Blyth, del Museo Marítimo Nacional de Greenwich, dijo que era importante bajar y documentar los restos en su estado actual.
"El naufragio en sí mismo es el único testigo que tenemos ahora del desastre del Titanic", dijo. "Todos los sobrevivientes ya fallecieron, por lo que creo que es importante usar estos escombros mientras aún tienen algo que decir", concluyó el investigador.