Los investigadores del programa argentino de la Organización Internacional Wildlife Conservation Society (WSA) registró imágenes de cómo se alimenta un pingüino papúa en las proximidades de la isla Martillo, provincia de Tierra del Fuego, en el extremo sur del país trasandino.
Las imágenes muestran a un cardumen de sardinas que se dispersan salvajemente mientras un pingüino las arremete y se queda con un pez como recompensa.
“Escribimos en muchos artículos que la comunidad de aves marinas en el Canal Beagle depende de las sardinas”, dijo la ecologista marina Andrea Raya Rey. “Pero esta es la prueba real, y ahora está confirmado y con una estrella detrás de la cámara: el pingüino”.
Los pingüinos papúa pueden nadar a una impresionante velocidad de 35 kilómetros por hora, más rápido que cualquier otra ave buceadora, y pueden sumergirse hasta 90 metros de profundidad.
Usando esta poderosa habilidad de buceo, se cree que rastrean cerca del lecho marino en busca de alimentos como crustáceos y calamares. Pero el video muestra que no perderán la oportunidad de pescar algunos peces más cerca de la superficie.
Desde la WSA argentina aclaran que la cámara fue colocada en la espalda del animal "solo para un viaje de búsqueda de alimento", y que al regreso el dispositivo fue retirado y el pingüino continuó con sus actividades normales y cuidando de sus crías.