Alain Verschueren, un artista y trabajador social belga, ha estado paseando por la capital, Bruselas, vistiendo un "oasis portátil" contra el COVID-19. Se trata de un mini-invernadero de plástico que descansa sobre sus hombros, envolviéndolo en una burbuja de aire purificado por las plantas aromáticas del interior.
El artista de 61 años creó el dispositivo inspirado en los exuberantes oasis de Túnez donde había trabajado anteriormente y en contexto de la pandemia de coronavirus, el invento tomó “un segundo aire”.
"Se trataba de crear una burbuja en la que pudiera encerrarme, para aislarme de un mundo que me parecía demasiado aburrido, demasiado ruidoso o maloliente", dijo Verschueren, y agregó que tiene asma y encuentra que respirar dentro de su artilugio es más cómodo que usando una mascarilla.
Verschueren dijo que esperaba alentar a las personas a cuidar mejor el medio ambiente, para reducir la necesidad de protegernos de la contaminación del aire y el ruido.