Las gaseosas azucaradas, los jugos de frutas, las bebidas deportivas y los tés endulzados podrían estar detrás del preocupante incremento de personas menores de 50 años que han desarrollado cáncer colorrectal, según un estudio divulgado por la revista médica Gut.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que, en comparación con aquellas personas nacidas en 1950, las personas que nacieron en 1990 tenían un significativo mayor riesgo de padecer cáncer de colon o cáncer rectal.
Si bien el consumo de las bebidas azucaradas está disminuyendo en comparación con el siglo pasado -entre 1977 y 2001 tuvo su mayor auge-, las tasas de cáncer colorrectal en personas menores de 50 años han incrementado considerablemente en los últimos años.
"Esta es la primera vez que se han vinculado las bebidas azucaradas con la aparición temprana de cáncer colorrectal", dijo Yin Cao, profesora adjunta de Cirugía en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis y principal autora del estudio.
"El cáncer colorrectal en adultos jóvenes sigue siendo relativamente raro, pero el hecho de que las tasas hayan aumentado durante las últimas tres décadas, y no entendamos por qué, es una preocupación importante de salud pública y una prioridad en la prevención del cáncer", agregó la experta.
Más de 100.000 enfermeras fueron examinadas
Los investigadores documentaron los estados de salud de 94.464 enfermeras que habían sido reclutadas entre 1991 y 2015, cuando estas trabajadoras de la salud tenían entre 25 y 42 años. A estas se le sumaron otras 41.272 enfermeras que brindaron información sobre su consumo de bebidas, cuando tenían entre 13 y 18 años.
En total, se descubrieron 109 casos de cáncer colorrectal entre las enfermeras. Sin embargo, quienes consumían al menos dos o más bebestibles tenían el doble de riesgo de desarrollar las enfermedades asociadas.
El estudio, que consideró otras variables como el índice de masa corporal, el ejercicio, el tabaquismo o el consumo de alcohol, entre otras, solo pudo demostrar una conexión con el cáncer, mas no una relación directa de causa y efecto.
"Los investigadores y los clínicos deben considerar que este factor de riesgo (la obesidad o sobrepeso), que ha sido tan ignorado, puede contribuir al desarrollo del cáncer en edades más tempranas. Es una oportunidad de replantear las políticas sobre la comercialización de las bebidas azucaradas y sobre cómo podemos ayudar a reducir su consumo", concluyó Cao.