Una nueva investigación señala que la quema de combustibles fósiles, como el petróleo, carbón y gas no solo son nocivos para la naturaleza, contribuyendo al cambio climático, sino que afectan directamente la salud de los humanos.
Un nuevo estudio que combina modelos de transporte químico con datos sobre emisiones y partículas estiman que más deun millón de muertes en todo el mundo podrían haberse evitado en 2017 al eliminar la combustión de combustibles fósiles.
Según el estudio publicado en la revista Nature, las muertes son derivadas de enfermedades como “accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón e infecciones respiratorias”, las que parecen ser responsabilidad de concentraciones de partículas finas de menos de 2,5 micrones de diámetro (PM2,5) en la atmósfera.
"Dado que el mayor número de muertes atribuibles a PM2.5 ocurrió en China e India, la eliminación completa de la combustión de carbón y [petróleo y gas natural] en estos dos países podría reducir la carga mundial de morbilidad por PM2.5 en casi un 20 por ciento", establecen los investigadores en el estudio.
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La contaminación por PM2.5 es el principal factor de riesgo ambiental cuando se trata de la salud humana global. Puede ser emitido por la calefacción doméstica, estufas, tormentas de polvo, incendios, desechos y envíos internacionales, pero una parte significativa se debe a la quema de combustibles fósiles.
"Nuestros resultados muestran que las regiones con grandes contribuciones antropogénicas generalmente tuvieron las muertes atribuibles más altas, lo que sugiere beneficios sustanciales para la salud al reemplazar las fuentes de energía tradicionales", escriben los autores.
Por estos, el cambio de matriz energética no afecta tan solo al calentamiento global, sino que también lo hace directamente a la salud de las personas.