Un ex atleta paralítico vuelve a caminar gracias a un exoesquelto
Investigadores de la Universidad de California (UCLA) ayudaron a un hombre paralítico a volver a ponerse de pie y caminar gracias a un exoesqueleto y a una terapia de estimulación eléctrica desarrollados en sus laboratorios.
Mark Pollock (39), un irlandés amante de los deportes de aventura y que desde hace 16 años está ciego, dio sus primeros pasos en años luego de dañarse la columna vertebral en dos partes al caer desde un segundo piso.
Los médicos le dijeron entonces que no podría levantarse de su silla de ruedas.
Al quedar ciego, Pollock decidió que su discapacidad no lo detendría y poco a poco aprendió a practicar deporte aventura si ver. En 2010, llegó a participar en una expedición en el Polo Sur.
Después de sufrir la caída, Pollock resolvió que enfrentaría su nueva condición de la misma manera. Sería un desafío al cual tenía que sobreponerse.
Tras buscar varios tratamientos, desde el año pasado participa en un programa de entrenamiento luego de que los investigadores consideraran su caso como ideal para probar el exoesqueleto.
Allí aprendió a utilizar el aparato, que cuenta con parches eléctricos adheridos a la piel sobre la médula espinal –que funcionan como sensores- y motores programados para detectar la ayuda que el paciente es capaz de dar. La mecánica del exoesqueleto se encarga del resto de la caminata, aunque la movilidad del paciente fuera limitada.
Así entonces, le pegaron varios electrodos en la zona lumbar. Pruebas con otros pacientes mostraron que se podía reactivar el movimiento de las extremidades inferiores sin necesidad de implantar diodos en la columna con una cirugía.
Luego de que Pollock se pusiera el exoesqueleto, pudo dar pasos apoyado en muletas.
Según el mismo describió, sintió la transpiración de su frente y tensión en las piernas, que luego se convirtieron en un cosquilleo mientras se movían.
En efecto, su ritmo cardiaco subió como no había ocurrido en años.
“Fue un momento muy emocionante para mí, que había dedicado toda mi vida a ser atleta hasta que me rompí la espalda", dijo Pollock, según Los Angeles Times.
Los investigadores presentaron el caso a la sociedad internacional de ingenieros biomédicos más grande del mundo.
Su conclusión es que la estimulación eléctrica a la médula espinal parece despertar las neuronas. Y éstas, una vez estimuladas, parecen reconocer las sensaciones enviadas por las extremidades inferiores móviles y ordenan a los músculos ponerse a tono para facilitar el movimiento.
La médula espinal parece retener alguna automaticidad que permite a las personas iniciar y realizar movimientos con poco o ningún esfuerzo consciente. "A partir de allí se pueden volver a aprender algunas cosas", dijeron los investigadores.