Con esa desfachatez que derrite a los fanáticos y a los medios especializados en el Reino Unido, Matthew Healy se presenta ante el público para gobernar. A sus 27 años, el londinense hijo de padres actores es el frontman que genera mayor expectación en su país. Mezcla la lengua larga de los hermanos Gallagher con un semblante seductor como si se tratase de un One Direction; además, lidera a la Mejor Banda Británica, según la última entrega de los Brit Awards.
Cada uno de sus gestos, de sus pasos, de sus muecas, entonces, solo se traducen en una cosa: "Prepárense para rendirse ante The 1975".
Con unos minutos de retraso, el cuarteto aparece sobre el Itaú Stage antecedido de los samples de "The 1975", apertura ambiental de su último disco "I like it when you sleep, for you are so beautiful yet so unaware of it" (2016).
De inmediato, suena la guitarra de "Love me" y Lollapalooza Chile se viene abajo. Cómo no, si aquel single de su más reciente placa supo personificar como ninguno a la juventud del Reino Unido: decadente, libidinosa y seducida por los excesos. Y, de paso, retrató a buena parte de los adolescentes de las grandes urbes.
Porque Healy es el ícono de la generación Snapchat o de los Stories de Instagram. Tanto que no se despreocupa siquiera un instante de las cámaras que capturan el show. Les habla, juega con ella y les guiña un ojo.
Y la música lo apoya en todo momento. Por un lado, un softrock sugerente con aroma a Prince que frena las revoluciones y genera atracción y, por el otro, guitarras pop y canciones que hablan de sexo y amoríos pasajeros y excitantes.
El frontman fuma, toma vino y, a ratos, parece estar en medio de un viaje psicotrópico; mientras sus compañeros Adam Hann (guitarrista y tecladista), Ross MacDonald (bajista) y George Daniel( baterista), lo ayudan a conseguir su objetivo: enamorar a cada uno de los fanáticos que se cuentan en la primera fila.
Pasan "Sex, "Girls", "She's american" y "Somebody else", a la espera del gran final con "Chocolate" y "The sound", con los seguidores saltando a ritmo frenético.
Ahora, la banda repite con un sideshow, el martes 4 de abril en el Movistar Arena.
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