"iPal": así es el robot profesor y compañero de los niños
AFP
El robot "iPal", fue concebido como "compañero" de los más pequeños de la casa. Habla dos idiomas, da clases de matemáticas, bromea e interactúa con los niños a través de una tablet electrónica que lleva en el pecho.
Tiene la estatura de un niño de cinco años, se desplaza sobre ruedas, tiene brazos articulados. Sus ojos están equipados con una tecnología de reconocimiento facial.
"La idea es que este robot se convierta en un compañero para los niños", explica Tingyu Huang, cofundador de AvatarMind Robot Technology, una empresa emergente nacida hace cuatro años y con sede en Nankin, en el este de China.
"Cuando el niño ve nuestro robot lo considera un amigo, como otro niño de la familia", asegura que cumple más funciones que los aparatos inteligentes comercializados por el estadounidense Amazon o los gigantes tecnológicos chinos Alibaba y Baidu.
Este robot de color blanco, con una cinta rosa o azul, permite, por ejemplo a los padres hablar a distancia con su hijo y vigilarlo gracias a sensores que oyen y ven todo lo que sucede a su alrededor
"No creo sin embargo que los robots puedan sustituir a los padres y profesores", matiza Huang. "Es un instrumento complementario que ayuda a aliviar la carga".
En el CES de Shangai, lugar donde fue presentado el producto, había una decena de robots "iPals" alineados en tres filas bailando al son de canciones populares chinas.
"¡Son un encanto! Estaba pensando precisamente que le gustaría mucho a mi hija de dos años" comenta el australiano Mike Stone.
El modelo estándar del robot cuesta unos 9.000 yuanes (1.200 euros, 1.400 dólares), y el de lujo, que tiene una pantalla más grande y batería de mayor duración cuesta 13.000 yuanes (1.720 euros, 2.000 dólares).
Además de entretener a los niños, los robots chinos podrían ayudar a resolver el problema de la dependencia en un país donde los ancianos prefieren vivir en casa y donde las residencias de la tercera edad son escazas.
AvatarMind, se dispone a lanzar un robot para hablar con los ancianos, recordarles que tomen sus medicamentos, e incluso llamar al hospital si se caen en sus casas.