WhatsApp implementó el martes una encriptación total -que llamó de "extremo a extremo"- de las conversaciones y llamadas que se realizan en su plataforma para garantizar a sus usuarios la inviolabilidad de sus datos.
Sin embargo, esa protección –lo más valioso tanto para usuarios como para la compañía- no es un mero un presente desinteresado para los clientes de su aplicación. Es un escudo para los conflictos que tiene y tendrá con organismos de seguridad.
La aplicación para celulares comprada por Facebook, que tiene 1.000 millones de usuarios en el mundo, realizó el anuncio luego de semanas de intenso debate sobre los esfuerzos de las autoridades estadounidenses para lograr la ayuda de Apple para descodificar un iPhone.
El pedido federal quiere asistencia de la propia compañía fabricante para desbloquear un smartphone usado por uno de los atacantes del tiroteo en San Bernardino el año pasado.
WhatsApp actualmente estaría involucrada en una batalla judicial similar.
Las compañías tecnológicas comienzan a alarmarse por las demandas de las autoridades que quieren desencriptar dispositivos o conversaciones. Acceder significa en la práctica desnudar a sus clientes y dejarlos sin ningún derecho a la protección de datos.
De ahí los esfuerzos para implementar sistemas de codificación de los cuales ni siquiera las empresas tienen códigos que permitan obtener los datos. Es un blindaje no sólo para el usuario, también para la compañía.
La decisión de WhatsApp fue bien recibida por los profesionales de seguridad y organizaciones vinculadas a la protección de derechos.
Amnistía Internacional, por ejemplo, calificó la medida como un "gran impulso" para la libertad de expresión.
"Esta es una gran victoria para la privacidad y la libertad de expresión, especialmente para los activistas y periodistas que dependen de comunicaciones confiables para llevar a cabo su trabajo sin poner sus vidas en mayor riesgo", dijo en un comunicado.
Como explica el diario El Mundo en un análisis de la nueva encriptación: “Ya lo dijo Edward Snowden en relación al caso de Apple contra el FBI por el iPhone del asaltante de San Bernardino, el FBI está creando un mundo en el que los ciudadanos confían en Apple para defender sus derechos, y no al revés”.